7- El fuego del pasado

Que día nefasto fue ayer, no encontré a la madre de mi hija, Alice se va a casar y un tal Embry imprimo de mi Novalee…necesito paz, y por ahora el único lugar que me lo da es el estudio de dibujo de Esme.
      Es pacifico encontrarse rodeado de esos hermosos dibujos que denotan amor, hasta que se termina, claro, la parte en la cual Esme empieza a colgar los dibujos hechos por Emmett que son una sucesión de disculpas hacia cada Cullen habido y por haber en la casa. Sobre la mesa están dispersados los planos de diseño para los nuevos cuartos que van a construir cuando agranden la casa.
       Me acerque a la ventana y vi a lo lejos la figura de un lobo paseándose por el perímetro. Tenia que admitir que ese tal Embry es respetuoso como Bella dice, si hubiese sido como Jacob ya se hubiese instalado en la casa.
   Sentí una armoniosa felicidad entrar al cuarto, pertenecía a Esme sin duda.
       -¿Te encuentras bien cariño?- me pregunto acercándose a mi
       - Creo que estoy perdiendo a mi bebe…- le sincere mientras veía como el lobo rondaba el bosque, a la espera de cualquier señal de Novalee.
   Esme me miro y negó con la cabeza, la felicidad se transformo en nostalgia.
       -No hijo, tu no perdiste a tu bebe- dijo acariciándome el brazo- Yo perdí a los míos, a mi bebe Jasper, a mi bebe Edward, a mi pequeñita Alice…- se corto para tomar una bocanada de aire cargada de dolor y poner la mano en su vientre-… a mi bebe biológico…Tengo suerte de que se que nunca perderé a mis bebes Rosalie y Emmett- dijo esto ultimo con una sonrisa y me abrazo.
     Mire la mesa y los planos, todo encajaba… Esme estaba desesperada por agrandar la casa… porque no nos quería perder a todos. Se separo de mí y me sonrío.
       -Nunca nos perderás…mamá- le respondí calmando su nostalgia.
   Del otro lado de la casa nos llego el ruido sordo de algo que es arrojado al suelo e instantáneamente sentí oleadas de confusión y enojo claramentes transmitidas por la floreciente empatia de Novalee. Oí sus pasitos acercarse al cuarto y la vi entrar con su vestido blanco y cara de disgusto.
       -¡¿Qué hace ella?!- grito con algo de enojo—nótese que el grito de ella equivale al suave y armonioso cantar de un canario—sostenía un papel arrugado en la mano- ¡¿Por qué esta ella contigo?!- tiro el papel al suelo y comenzó a lagrimear.
  Se trataba de una foto de uno de los muchos casamientos que Alice y yo tuvimos. Demonios, eso estaba en mi habitación.
       - Novalee…-
       - Entonces no quieres a mami- me interrumpió y a mi se me helo la ponzoña, nunca había siquiera nombrado algo parecido a mami o que tuviese que ver con June… es mas, Novalee no tenia la menor idea que como era su madre.
       - Si la quiero nena- le dije arrodillándome hasta su altura
       - ¿Entonces porque tienes todo esto de ella y nada de mami?- me pregunto restregándose los ojos. A mi se me rompió el corazón y me pregunte ¿Por qué tengo todo lo que Alice y yo fuimos? Mire a los ojos a mi hija
       -¿Quieres que hagamos un poco de fuego?-


Fui hasta la antigua habitación matrimonial que compartía con Alice y tome el álbum de casamiento/s que Novalee había tirado al suelo. Camine hasta el Closet—y cuando digo closet me refiero a una habitación—y me dirigí hasta donde estaban los 30 trajes de novio que había usado. Los tome y los apile todos sobre el álbum que traía en la mano, tome los cuadros, las cartas, los regalos. Novalee me ayudaba con los zapatos mientras reía. No pude evitar reírme con ella. Hurgue entre los cajones y encontré unos lentes de

sol que me había regalado Renesmee hacia un par de años. Me los coloque lo que provocó que Novalee volviese a estallar en risas.

   Bajamos las escaleras cargados de objetos y ropas. Oí el cuchicheo de un par de personas pero no le di importancia. Salimos por la puerta trasera y tire las cosas al suelo, mi hija me imito.

       -Vamos a buscar leña- le dije ofreciéndole mi mano, ella corrió hasta mí y ambos caminamos hasta la parte donde los árboles yacían muertos bajo la casual brutalidad de Emmett. Quebré uno y lo lleve hasta el patio. Con ayuda de Novalee lo convertí en leña y lo apilé. Tome el encendedor—que siempre llevo conmigo—e inicie el fuego.

   No tarde en decidir que seria lo primero que tiraria. Fue una conjunción de zapatos negros de boda, incómodos y antiestéticos para lo que es mi altura. Le siguieron los treinta trajes. Novalee arrojaba los cuadros y las fotos.  El resto de los Cullen nos miraban. Rosalie y Emmett se reían al ver las expresiones de Novalee, Mientras que Edward y Bella permanecían serios contemplando como más de 40 años se quemaban en dos minutos.

    Tan concentrado estaba que no presencie a Alice cuando, por ultimo, arrojaba mi anillo de compromiso a la hoguera

      -¡¿Qué haces?!- chillo acercándose al fuego y observando los restos quemándose

      -Lo que se debía hacer- le respondí a secas

      -Gracias por avisarme- grito sarcástica- ¿Y si yo deseaba conservar algo? ¡No sabes lo que me costo!

      -¿Conservar que? - ambos estábamos subiendo el tono. Rosalie se puso seria y Esme salio a ver que sucedía. Novalee estaba semi escondida detrás de mí.- ¡Hablas de lo material! ¿Sabes cuanto me costo a mí mi hija?

      -Si…- respondió con soberbia y tristeza- acostarte con una ramera-

Esme dio una gran exclamación y corrió a taparle los oídos a Novalee. Rosalie salio con prepotencia al patio, Bella negó con la cabeza indignada y a lo lejos oí el gruñido de un lobo que se acercaba colmado de enojo.
      -¡Alice!- le grito John Peter tirando todas las bolsas de compras al suelo- ¿¡Qué son esas blasfemias!? Reza porque la niña no conozca el significado-
   Me quede anonadado, pero logre conservar mi porte serio. Mire a Alice a los ojos y ella me devolvió la mirada, dándose por enterada de lo que acababa de decir
       - Lo siento yo… no me di cuenta- comenzó a balbucear y entro corriendo a la casa seguida por John Peter y por Bella.
    Edward y Emmett se alejaron de las ventanas y Rosalie volvió con Em.
 Esme le dio un beso en la mejilla a Novalee y me dirigió una sonrisa triste para luego entrar a la casa. Ahora mi hija estaba triste y asustada ¿Y quien es el culpable?... Jasper... quien mas que yo mismo
  Mire hacia el bosque y gruñí por lo bajo
      - Puedes venir- masculle, mientras me ponía los lentes de sol y me sentaba en las sillas del jardín con los pies sobre la mesa.
    El chico Embry apareció con solo un short puesto, me enoje profundamente, los celos me carcomieron, pero que mas da, seria capaz de traer a la mismísima María para que mi hija no sufriera